Acertijo
Vacilante las liberaste de aquel albergue
donde presumiéndose inofensivas retozaban.
Buscando a dónde habían ido, miraste al cielo.
El viento vociferó ¡Yo no me las traje!
Ansioso paseaste tu incrédula mirada,
y fue a ella a quien nuevamente hallaste.
Silenciosa contemplaba el acertijo por fin resuelto:
eran ellas las piezas que siempre sospechó faltaban.
Así terminó la partida en la que la victoria fue asegurada
por apócrifos jugadores.
Mis ojeras
Visto con orgullo mis ojeras,
no las maquillo, no las escondo.
Son ellas las huellas visibles
del camino que transito
para encontrarme conmigo misma
y con mis sueños.
Son el rastro, el indicio, la pista
de esta marcha y este viaje
que he nombrado plenitud.
Instrucciones para [yo] amanecer contigo
Aún con los ojos cerrados agradecer al universo por tres cosas y entre
ellas incluir el evento que eres en mi vida.
Abrir los ojos y notar tu indefensa humanidad extendida sobre la cama; fijarme en tus piernas y brazos desnudos. Suspirar.
Sonreír calladamente al observar el vaivén de tu cuerpo, que sube y baja a
ritmo con tu respiración. [Ahh…tu respiración, ese sonido vital que mueve las fibras
de mi alma]
Deslizarme suavemente hacia tu espalda para abrazarte con delicadeza, mientras
respiro el excitante olor de tu cuerpo dormido.
Inclinarme milimétricamente sobre tu rostro para rozar con mis labios la
mejilla que, con confianza al mundo que es la habitación, expones.
Levantarme muy despacio, previniendo movimientos bruscos que puedan despertarte.
Caminar en puntillas hacia el baño y luego hacia la cocina.
Atrapar con sigilo la manilla de la puerta y girarla pacientemente.
Detenerme en el umbral para apreciar tu pecho de escasos bellos y la
cicatriz que lo adorna y que secretamente nos pertenece.
Cuidarme de hacer ruidos al preparar agua caliente para tu té.
Sentarme a leer las noticias del día.
Levantar la mirada al sentir tu presencia recién levantada que hacia mí se dirige.
Mirar sonreída tus ojos mientras espero el beso anónimo con el que me das los buenos días.
¡M A R A V I L L O S O!
ResponderEliminarDe las vísceras. Así como las historias que cambian el mundo. Así como el mundo cambia las historias!
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